En 1833 el general xalapeño, Antonio López de Santa Anna, gana las elecciones presidenciales. Sin embargo, por "enfermedad" se retiró a su hacienda Manga de Clavo en Veracruz, dejado a su vicepresidente a Valentín Gómez Farías en su lugar. Una vez como presidente interino contaba con el apoyo liberal, decidió poner en práctica un programa que tenía como objetivo principal, la expropiación de los bienes de la iglesia, el fin de los fueros eclesiásticos y militares, la secularización de la enseñanza y todo aquello que limitaba el poder de la iglesia y ejército. Estas medidas de implantar una reforma liberal, provocaron levantamientos en las ciudades de Orizaba y Córdoba.
En el poblado Coatepec, el 12 de agosto de 1864 siendo alcalde Juan Clímaco Rebolledo expidió un plan en qué señalaba que los pueblos de Xalapa, Coatepec y Teocelo, reiteraban sostener la religión católica, los fueros y los privilegios del clero, lo mismo que las asociaciones religiosas quienes debían conservar sus propiedades; proclamaba a Santa Anna como presidente de la republica e invitaba al general Luis Quintanar para que se pusiera a la cabeza de levantamiento, llamó a los oficiales retirados, lo mismo que los desertores a quienes les ofreció el indulto, ofrecía respeto a la seguridad individual y la propiedad, y se comprometía a no dejar las armas hasta no ver realizados el plan.
Este documento firmado en Coatepec según lo dicho por la doctora Soledad García Morales, se veía claramente su carácter conservador. Su familia se encontraba ligada a las instituciones eclesiásticas, su hermano mayor Antonio Mateo Rebolledo había estudiado en el seminario palafoxiano en Puebla, llegaría a ser canónigo. Aparte tenía parentesco con otro sacerdote Nicolás Rebolledo, es así que varios miembros de la misma familia tenían cierta influencia en la población.
Santa Anna reprobó los acontecimientos en Coatepec y el ayuntamiento de Xalapa consideró importuno el levantamiento, ya que habían sido derogadas las leyes que atacaban el dogma y los bienes de la iglesia.
La intervención estadounidense de 1846- 1848 y la guerrilla coatepecana (3ra parte)
Coatepec estuvo presente en la guerra contra los Estados Unidos de 1846-1848. La invasión de las tropas estadounidenses fue por el puerto de Veracruz al mando del general W. Scott. Siguiendo la ruta de Cortes, se enfrentó a las tropas del general Antonio López Santa Anna y Valentín Canalizo en la zona de Cerro Gordo entre el 17 y 18 de abril de 1847, con 3000 infantes permanentes y activos, además de poco más de 2000 de guardia nacional de los estados de Veracruz y Puebla. Entre ellos estaba la Guardia nacional de Coatepec, al mando del teniente Coronel Juan Clímaco Rebolledo Maldonado.
En la noche de 18 de abril, el Gral. Santa. Anna, después de la terrible derrota ante las tropas de Scott, con una escala rápida en su hacienda del El Lencero, llegó a la hacienda de Tuzamapan, propiedad de la familia Gorozpe, donde se hospedó por esa noche para seguir su camino a la ciudad de Orizaba, donde llega el 21 de abril.
Mientras tanto el general Canalizo en Banderilla habló de la pérdida del Telégrafo. Además se podría considerar que la batalla de Cerro Gordo detuvo por unas horas o incluso unos días el avance estadounidense a la ciudad de Xalapa, capital del estado. Dando oportunidad de fortificar La Hoya, a cuatro o cinco leguas de Xalapa. No obstante las tropas estadounidenses avanzaron al El Lencero, donde instalaron su campamento y fortificaron la zona.
El gobernador Juan Soto junto con miembros de su gabinete y de la Legislatura del estado, trasladó la capital a Huatusco. En esos años por casualidad se encontraba como párroco de la parroquia de San Antonio, el coatepecano don Antonio Mateo Rebolledo. La familia Rebolledo, así como la esposa del coronel, María Antonia Noriega, fueron acogidas por el párroco. El Ayuntamiento de Xalapa, se reunió y creó una comitiva que daría encuentro al general Scott para pedir garantías para los xalapeños.
El 19 de abril de 1847, a las diez de la mañana entra por la Garita de Veracruz, junto con la caballería el general Patterson. En las calles según lo escrito por José María Roa Bárcena, las calles de Xalapa estaban desiertas. Al llegar a la plaza de armas, se formaron y se comenzó a repartir a los cuarteles. Frente a las casas municipales desmontaron los generales Patterson y Twiggs, entraron a la sala de cabildo, donde ocupó el asiento principal bajo el dosel, dijo que se velaría por la seguridad de la ciudad, que los xalapeños debería seguir en el ejercicio de sus atribuciones y deberes.
Continuará...
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Pues que interesante historia que debería saber nuestros jóvenes de tan gran personaje mi solida admiración
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