lunes, 4 de mayo de 2020

Coronavirus Rosario Hernández Sangabriel



Desde el principio de este año, el coronavirus, ha sido tema de conversación. Cuando a fines de febrero se notificó el primer caso infectado en nuestro país, alguien me comentó: “Si en países del primer mundo, el sistema de salud ha sido rebasado por la epidemia del coronavirus, qué nos espera a nosotros con el precario sistema de salud que tenemos”.

Una mañana, muy temprano fui a Bancomer con la intención de retirar dinero, había una larga fila afuera, sólo permitían el acceso de uno en uno. Me seguí caminando. Al pasar por un costado de la iglesia, sentado en una de las bancas encontré a un amigo setentón y lo increpé: ¿Qué haces aquí? Deberías de estar en casa, entras en el perfil de alto riesgo si contraes coronavirus. Contestó: “Esto es como lo del chupa-cabras”. No es así, dije, ¿acaso no has visto en las noticias lo que está pasando en China, en Italia, en España?

Veo preocupación en una parte de la población e incredulidad en otra.

A mediados de marzo, una persona cercana a mí, me dice: “Ya murió en México un paciente por coronavirus, se trata de un familiar de Slim”. ¿Cómo? Vi la conferencia mañanera y no lo informaron. Burlonamente dijo: “Es que tienen otros datos”. En la noche, en el noticiario del canal once desmintieron la noticia. Joaquín López Dóriga y Riva Palacio mintieron. Se lo comuniqué a mi interlocutora y agregué: ese es el tamaño y la falta de ética de algunos periodistas detractores de AMLO.

Cuando en días pasados me enteré de que Javier Alatorre de TV Azteca, conminó a no hacerle caso al Sub Secretario de salud, Hugo López Gatell, nuevamente me pregunté: ¿Dónde está la responsabilidad de estos periodistas?

En estos tiempos del coronavirus, reiteradamente se ha dicho que durante la crisis aflora lo mejor y lo peor de las personas. Lo he podido constatar, mientras hay quienes donan recursos económicos, quienes confeccionan cubre bocas, caretas, implementan respiradores artificiales etc., también hay quienes, respondiendo a un miedo irracional, agreden al personal de salud, hay quienes difunden noticias falsas y quienes sólo se dedican a criticar.

Yo permanezco en casa y, para estar bien informada, regularmente veo la conferencia de Hugo López Gatell. Hasta hoy, 30 de abril, sigue habiendo capacidad hospitalaria para atender a los enfermos del coronavirus en nuestro país. Conservo la esperanza de que no lleguemos a igualar las dramáticas vivencias que han tenido otros países afectados por la pandemia.

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