lunes, 18 de mayo de 2020

DESDE EL AULA Profesor: Julio Hernández Ramírez



SEPULTADO EL BONILLAZO

Desde que se tomó conocimiento de ella, en este medio se dijo con toda claridad que la “Ley Bonilla” era una aberración que carecía de sustento jurídico, ético y político; que representaba un grave retroceso en los avances democráticos en el país, una burla para los electores, un fraude a la Ley fundamental y un claro ejemplo de las pretensiones abusivas del grupo en el poder, delirante en la idea de implementar un marco legal que les permita perpetuarse en el gobierno mas allá de la voluntad ciudadana.

Para cortar de tajo tan absurda y perversa intención, la esperanza se depositaba en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aunque siempre existió el temor de que el máximo tribunal avalara tal felonía, no por que se dudara de la solvencia ética y profesional de sus integrantes, sino por el obsesivo afán del Ejecutivo Federal por sojuzgar los otros poderes de la unión y minar a los organismos autónomos para tenerlos a modo.

Para bien del país, el lunes 11 de mayo, los ministros de la Corte, por unanimidad, emiten un fallo donde se declara la inconstitucionalidad de la Ley Bonilla y dejan así un mensaje alentador. No todo está perdido.



UN ELOJIO A LA MEDIOCRIDAD

Creo que el sentido de la vida, debe ser aspiracional. Siempre hay que tener motivos para luchar, metas por alcanzar, proyectos por desarrollar y sueños por realizar. Los tropiezos o caídas deben tomarse como acicates que impulsan a levantarse y continuar. Conozco y admiro a gente que se levanta antes de alba, para comprometerse en una labor orientada a determinados propósitos, que luchan con denuedo y en buena lid, que no está dispuesta a cualquier cosa, sino que a base de esfuerzo progresa; y como quien trabaja merece, puede darse algún gusto. Es la gente que le imprime dinamismo a la economía, que genera empleos y riquezas y que hacen posible el financiamiento de los programas asistencialistas.

También conozco gente que se levanta ya entrado el día para abandonarse en el ocio y la pereza o sucumbir en las redes aprisionantes de los vicios. Gente que en el mejor de los casos está atenido a las “ayudas” del Gobierno que tan solo permite cubrir las necesidades mas primarias y hacen a la persona dependiente, dócil y sin aspiración.

Tan solo pensarlo deprime, pero tal parece que el Presidente de la Republica, desprecia a los emprendedores, a los que tienen éxito, y en cambio promueve la mediocridad; a qué otra conclusión puede arribarse cuando se le oye decir que el tiempo hoy es para conformarse con un par de zapatos, la ropa indispensable y si se puede, con un carro modesto para transportarse. Con esa visión y esa política, ninguna sociedad puede superarse ni aspirar a mejores condiciones de vida. Con esa ideología se condena al país al estancamiento y dependencia. Si todos nos conformáramos así, no sé quiénes catapultarán nuestra sociedad al desarrollo, digo, por que los países del primer mundo, los gobiernos motivan a la gente para que se superen, para que se liberen del oprobio de la mediocridad.


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