Luna llena, tormentas y San Francisco.- Ha iniciado octubre el mes de las lunas más hermosas. Estos días de luna llena, después del temporal de fuertes aguaceros, hace que por las noches la finca brille en un plateado intenso. Las matas de café ya cargadas con verdes cerezas, parece que agradecen las lluvias y el sol de otoño. Cuando descampa, los campesinos, aun con lodo y rocío, realizan sus labores de chapeo y azadón. En la charla de la faena se comenta que llovió con norte y tempestad. A lo que el viejo cortador curtido por el tiempo y el trabajo afirma categórico: “Es el cordonazo de San Francisco”. Lo que deja perplejos a los que lo escucharon. La reacción natural de los compas labriegos es pedirle que explique tal aseveración. A lo que el filósofo de las melgas, preceptor de generaciones de neófitos, curtido con sudor y caña destilada, deja a un lado el azadón, se acomoda el raído sombrero y toma pose de orador para explicar: “El cordonazo de San Francisco, es un fenómeno atmosférico que consiste en fuertes lluvias con actividad tormentosa de truenos y relámpagos, además de intensos vientos. El nombre de este fenómeno procede de que suele producirse en torno al día de San Francisco de Asís, el 4 de octubre. Lo del ‘cordonazo’ hace referencia a la leyenda de que cada año, cuando se acerca su onomástico, el santo sacude su túnica y el cordón que usa para ceñírsela, lo que agita el cielo dando lugar a lluvias con abundante aparato eléctrico. Lo cierto es que, por estas fechas, la mayor incidencia de rayos solares sobre la superficie terrestre origina nubes de desarrollo vertical que favorecen las tormentas”. Acercándose la hora del ‘rancho’ aprovechan para seguir cuestionándolo sobre el tema; lo que el conspicuo pensador de las laderas, aprovecha para ilustrar: “Sin meternos en cuestiones religiosas, les platico que San Francisco de Asís, es uno de los santos más conocidos y queridos. Fue un hombre religioso y místico italiano, fundador de la orden franciscana. Es considerado el santo patrono de todos los animales, veterinarios y de los ecologistas. ‘Hermanos menores’, así llamaba San Francisco de Asís a todos los animales como una forma de mostrarles su respeto; él los consideraba un regalo de la Creación. La fecha de su muerte, el 4 de octubre, fue establecida para celebrar el Día Mundial de los Animales. Ya se ha perdido la tradición, pero antiguamente se llevaba a los animales a una ceremonia en la iglesia, donde recibían la bendición. Nació en Asís, Italia, dentro de una familia acomodada, en el año 1182, pero se despojó de todas las riquezas materiales y se dedicó a servir y ayudar no solo a sus semejantes, sino también a todos los seres vivos y a todos los animales, a los que consideraba “hermanos”, hablaba con ellos y era escuchado por estas criaturas. Célebres son las anécdotas de los pajarillos que venían a escucharlo cuando cantaba la grandeza del Creador, del conejo que no quería separarse de él en el lago Trasimeno y del feroz lobo de Gubbio, amansado por el santo. Dicen que a Francisco de Asís el pueblo lo declaró santo antes de que la iglesia le concediera tal honor. Todos lo quieren y lo estiman, incluso los que no son católicos. También lo quieren los pobres, porque se dedicó a vivir en total pobreza, con alegría; y lo quieren los ecologistas, debido a que fue el amigo de la madre tierra. Mañana es su fiesta y hay que recordar su obra y su legado que muchos desconocen”… El bohemio calló, todos quedaron con un buen sabor de boca por el relato y se quedan comentando que todos deberíamos amar y respetar a todos los seres vivos y especialmente a la Madre Tierra, a la que con frecuencia lastimamos y le faltamos al respeto…
lunes, 5 de octubre de 2020
DESDE LA FINCA Por: El Cortador
Luna llena, tormentas y San Francisco.- Ha iniciado octubre el mes de las lunas más hermosas. Estos días de luna llena, después del temporal de fuertes aguaceros, hace que por las noches la finca brille en un plateado intenso. Las matas de café ya cargadas con verdes cerezas, parece que agradecen las lluvias y el sol de otoño. Cuando descampa, los campesinos, aun con lodo y rocío, realizan sus labores de chapeo y azadón. En la charla de la faena se comenta que llovió con norte y tempestad. A lo que el viejo cortador curtido por el tiempo y el trabajo afirma categórico: “Es el cordonazo de San Francisco”. Lo que deja perplejos a los que lo escucharon. La reacción natural de los compas labriegos es pedirle que explique tal aseveración. A lo que el filósofo de las melgas, preceptor de generaciones de neófitos, curtido con sudor y caña destilada, deja a un lado el azadón, se acomoda el raído sombrero y toma pose de orador para explicar: “El cordonazo de San Francisco, es un fenómeno atmosférico que consiste en fuertes lluvias con actividad tormentosa de truenos y relámpagos, además de intensos vientos. El nombre de este fenómeno procede de que suele producirse en torno al día de San Francisco de Asís, el 4 de octubre. Lo del ‘cordonazo’ hace referencia a la leyenda de que cada año, cuando se acerca su onomástico, el santo sacude su túnica y el cordón que usa para ceñírsela, lo que agita el cielo dando lugar a lluvias con abundante aparato eléctrico. Lo cierto es que, por estas fechas, la mayor incidencia de rayos solares sobre la superficie terrestre origina nubes de desarrollo vertical que favorecen las tormentas”. Acercándose la hora del ‘rancho’ aprovechan para seguir cuestionándolo sobre el tema; lo que el conspicuo pensador de las laderas, aprovecha para ilustrar: “Sin meternos en cuestiones religiosas, les platico que San Francisco de Asís, es uno de los santos más conocidos y queridos. Fue un hombre religioso y místico italiano, fundador de la orden franciscana. Es considerado el santo patrono de todos los animales, veterinarios y de los ecologistas. ‘Hermanos menores’, así llamaba San Francisco de Asís a todos los animales como una forma de mostrarles su respeto; él los consideraba un regalo de la Creación. La fecha de su muerte, el 4 de octubre, fue establecida para celebrar el Día Mundial de los Animales. Ya se ha perdido la tradición, pero antiguamente se llevaba a los animales a una ceremonia en la iglesia, donde recibían la bendición. Nació en Asís, Italia, dentro de una familia acomodada, en el año 1182, pero se despojó de todas las riquezas materiales y se dedicó a servir y ayudar no solo a sus semejantes, sino también a todos los seres vivos y a todos los animales, a los que consideraba “hermanos”, hablaba con ellos y era escuchado por estas criaturas. Célebres son las anécdotas de los pajarillos que venían a escucharlo cuando cantaba la grandeza del Creador, del conejo que no quería separarse de él en el lago Trasimeno y del feroz lobo de Gubbio, amansado por el santo. Dicen que a Francisco de Asís el pueblo lo declaró santo antes de que la iglesia le concediera tal honor. Todos lo quieren y lo estiman, incluso los que no son católicos. También lo quieren los pobres, porque se dedicó a vivir en total pobreza, con alegría; y lo quieren los ecologistas, debido a que fue el amigo de la madre tierra. Mañana es su fiesta y hay que recordar su obra y su legado que muchos desconocen”… El bohemio calló, todos quedaron con un buen sabor de boca por el relato y se quedan comentando que todos deberíamos amar y respetar a todos los seres vivos y especialmente a la Madre Tierra, a la que con frecuencia lastimamos y le faltamos al respeto…
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