lunes, 12 de octubre de 2020

Filosofía Clásica II

 Política.- 



Hijo de un médico de la familia real de Macedonia, Aristóteles nació en Estagira, península Calcídica, al noreste de la Grecia actual. Fue a Atenas a los 17 años para estudiar con Platón en la Academia, y allí se quedó hasta la muerte del maestro, veinte años más tarde. Sin embargo, no se le nombró sucesor de Platón, y entonces se trasladó a Jonia, donde se dedicó al estudio de la fauna y la flora hasta que Filipo II de Macedonia le invitó a ser tutor de su hijo, el futuro Alejandro Magno.


Regresó a Atenas en 335 a.C. para establecer una escuela rival de la Academia, el Liceo. Mientras enseñaba dio forma a sus ideas sobre la ciencia, la filosofía y la política, y compiló un gran volumen de escritos, de los cuales han sobrevivido pocos. A la muerte de Alejandro, en 323 a.C., los sentimientos antimacedónicos de Atenas le obligaron a exiliarse en Eubea, donde murió el año siguiente.


Para Aristóteles el hombre es un “animal político” por naturaleza; esta célebre expresión ha de entenderse como “animal social”, ya que “político” deriva de polis, la ciudad-estado griega, que es la forma más avanzada de sociedad. Sólo los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).


Existen tres formas de legítimo gobierno: la monarquía (gobierno de uno), la aristocracia (gobierno de los mejores) y la democracia (gobierno de muchos). A estas formas rectas de gobierno se oponen tres formas degeneradas, en las que los gobernantes prescinden del bien general y buscan sólo su propio interés: la tiranía, la oligarquía y la demagogia. No se puede decir cuál de las tres es mejor, pues para cada pueblo en concreto hay que deducirla de una indagación objetiva de las varias formas históricas de gobierno, y definir según las circunstancias cuál es más conveniente para un determinado estado.


Aristóteles recogió y estudió las constituciones de 158 estados. En principio, toda forma de gobierno es buena si quien gobierna busca el bien de los gobernados.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario