lunes, 16 de noviembre de 2020

DESDE LA FINCA - Por: El Cortador



Tiempo, amigos y vejez.-  El otoño avanza en el calendario, y ya va justamente a la mitad, pero en esta región no es muy diferente, nomás porque el clima es en ocasiones más fresco y las mañanas más frías, pero se sigue sintiendo calor al medio día. La cosecha empieza en las partes bajas de la zona, pues ya las matas cargadas de verdes granos se empiezan a ver rojizas. Los campesinos que empiezan su labor de madrugada, perciben que con el horario de invierno anochece más temprano. Ya está oscuro y apenas son las seis de la tarde, ese tiempo lo aprovechan para charlar y comentar los acontecimientos. Que la pandemia, que las elecciones, que las inundaciones y otros temas. Rodeando al viejo cortador curtido por decenas de otoños e innumerables jornales, disfrutan sus pláticas que son verdaderas enseñanzas. Los temas son diversos pero alguien comenta la importancia de tener amigos. A lo que el vetusto mentor de las laderas, preceptor de las ciencias y de la filosofía pragmática, tomando pose de conferenciante, se arranca con una perla de retórica: “La vida te enseña bien pero uno aprende lento, con el tiempo uno aprende a aprovechar la vida, y la vida nos enseña a valorar el tiempo. Los amigos se fortalecen con el tiempo y con las buenas acciones. Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido. Pero desafortunadamente, solo con el tiempo…”. Los campesinos se sintieron halagados porque saben que en el campo las amistades son más francas, más sinceras. “Gracias viejo por tan bonita lección”. A lo que el sabio veterano, aclara: “Hay mucha diferencia entre ser anciano y ser viejo. Miren, el anciano tiene planes, el viejo tiene nostalgias. El anciano lucha lo que le resta de vida, el viejo sufre lo que le falta hasta la muerte. El anciano lleva una vida activa, llena de proyectos y plena de esperanzas, para él el tiempo pasa más rápido, y la vejez nunca llega. Para el viejo, sus horas se arrastran, destruidas de todo sentido. Las arrugas del anciano son más bonitas, porque fueron marcadas por la sonrisa; las arrugas del viejo son feas, porque fueron marcadas por la amargura. En definitiva, el anciano y el viejo pueden tener la misma edad en el calendario, pero edades diferentes en el corazón”...







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