Cosecha, solsticio y navidad.- Con el Pico de Orizaba cubierto totalmente de nieve, que significa agua para el estiaje, el sol reaparece con todo su esplendor luego de varios días de intenso frío. Es diciembre y se acerca el final de otoño. Las fincas llenas de humedad se ven como sonrientes y felices cargadas de rojos granos que hacen de la temporada una gran fiesta llena de rituales tradicionales. El corte de café es parte de la cultura de la región. Familias completas recorren los surcos en medio de la humedad de las matas. El bullicio es notable a distancia, la alegría de la cosecha se percibe en los corazones de los cortadores que cantan, otros chiflan y otros más gritan por cualquier cosa. El ciclo de la vida se percibe en el ambiente. Las lonas, a la vista de los cortadores se van llenando de aromáticas cerezas. Huele a miel y a tierra mojada. El día se va rápido y hay que aprovecharlo; a la hora de la pesada, los hombres de sombrero toman nota de lo acumulado en la semana. Representa un importante ingreso por su esfuerzo. De regreso a sus casas, caminan bromeando, la charla no para y ya relajados comentan los temas del momento. Se comenta que no hay peregrinaciones a la virgen de Guadalupe debido a la pandemia. En un descanso para cortar unas hojas de acuyo, uno de los compas comenta que la navidad será diferente y pregunta al más longevo de los campesinos, su opinión sobre esta celebración. El viejo cortador, curtido por el tiempo y el trabajo, testigo de decenas de solsticios y partícipe de los ciclos de la naturaleza, con singular morigeración y particular omnisciencia, se acomoda el sombrero para iniciar su cátedra: “Más allá de las religiones, la navidad puede tener distintos significados para quien. Están quienes aman las fiestas, quienes las evitan y quienes sienten angustia por festejos superficiales. Actualmente, celebrar el nacimiento de Jesús, que es lo que significa la natividad, se ha convertido en una fiesta puramente material y banal que tiene un alto impacto en el ambiente por la gran cantidad de basura que se genera. Se ha perdido el verdadero significado de esta fecha. Si bien es una fiesta tradicional de la religión católica, Navidad es un evento de energía disponible para todos los seres humanos. La verdadera celebración de Navidad consiste en experimentar en nuestra conciencia el nacimiento de la divinidad interior. Se trata de aquella conciencia de que todo lo que existe en el universo forman una unidad. Reconocer que no existe separación, es percibir a la divinidad que habita en toda la creación, más allá de las formas y las creencias. Navidad es la celebración de la encarnación de Jesús, un hombre que, por mandato divino, tuvo el propósito de influir en la vida de todos los seres humanos al entregar los mensajes de Dios. Esos que la iglesia se ha obstinado en ocultar. Esos que tantas interpretaciones tuvieron, pero que en esencia, son mensajes del amor divino, la paz y la unión con Dios. Cada año en Navidad hay en el aire potentes vibraciones de la conciencia crística. Aquellos que se sintonicen con ella, mediante su devoción y meditación, reciben en su propia conciencia esas vibraciones de la conciencia universal que moraban en Jesucristo. La paz del mundo comienza con la paz del corazón de cada individuo. Es posible hallar esta paz en el estado interior de comunión con Dios. Desde allí, la paz se derrama libremente en nuestra familia, nuestros amigos, nuestra comunidad, nuestra nación y el mundo entero. Lo importante es conectarse con las vibraciones de paz y amor disponibles en esta fecha. Solo tienes que mirar hacia adentro y permitir que la divinidad se manifieste en ti y en todo lo que te rodea. Eso significa la Navidad”... Todos quedaron en silencio reflexionando sobre la sencillez de entender lo complicado de lo inexplicable… Fácil de entender, cuando habla el corazón…
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