lunes, 22 de febrero de 2021

Cavilaciones del Dr. Caturra

 



Necesito algo amargo para pasarme esta preocupación, y aunque hay quienes dicen que aquellos que preferimos lo amargo se lo debemos a nuestra condición de psicópata, me arriesgaré a que usted crea lo que guste de mi persona, le otorgo total libertad; para este propósito he elegido un café espresso.


Este debate de la inclusión en el lenguaje me ocasiona grima, entripados e intranquilidad, si bien es cierto que el lenguaje evoluciona de acuerdo a las necesidades de la nación que lo utiliza, no podemos obviar su carácter arbitrario y general, me parece una locura pensar que en el término “mexicanos” no estamos incluidos todos, mujeres y varones de acuerdo a nuestra biología. Si acaso entre penumbras y emergencia al ver una silueta le pregunta a una persona que se acerca pero que no sabemos qué sexo tiene (y es una fémina) ¿Es usted un ser humano?, ella debiera responder que no lo es. Luego al insistir, ¿Qué es usted entonces?, deberá subrayar que es ser humana. 


En la búsqueda de un término medio, estamos negando a los géneros en las palabras, para decir amigues en vez de amigas, para decir niñez en vez de niños, toda morfología, sintaxis y filología en el español serían obviadas y la lengua se convertiría en una jerga de conveniencia, creo que si te tocó ser niño y quieres ser niña está bien por mi, pero no puedes renegar de tu condición biológica masculina o femenina.


Supe del caso curioso de una mujer que decidió cambiarse de sexo, de femenino a masculino, las autoridades aceptaron su cambio social y sexual, al paso del tiempo cometió un asesinato, ante el juez exigió que se le juzgara como mujer y no como hombre. 


Esto de la inclusión en el lenguaje, abona realmente al entendimiento o estamos ante una perversión de la lengua por comodidad, el simple hecho de que veamos muchos textos marcando la necesidad de incluir a todos es mala señal, es como por ejemplo, si a usted le piden que respete a los transeúntes, los va a respetar a todos o sólo a las damas, le cederá sus cortesías a los que pueden caminar y desistirá con aquellos que usan sillas de ruedas, no, los peatones somos todos y todos es un término masculino inclusivo. Obviamente sólo expreso lo que siento y entiendo.


En estos días que son pocos los que asumen con brío el rol de padre de familia y que le dejan esa responsabilidad al Internet, por no decir a desconocidos, les digo que estas nuevas generaciones de criaturas enfermizas, urgidas de dinero y sin fuerzas para el trabajo salieron de un hogar y mañana se harán cargo de esta nación y asumirán los problemas del país con el mismo afán con que rehúyen a la responsabilidad de ser ellos mismos. Da miedo, pues hablar en un idioma nos convierte en personas, en entes con necesidades claras, una de ellas es ser escuchado, por eso alzo esta descripción.


Esté o no de acuerdo conmigo, sepa que yo sólo le deseo lo mejor a usted y a los suyos. Gracias.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario