Teocelo ha sido uno de los trescientos treinta municipios a nivel nacional, y uno de los veintidós municipios del Estado, en recibir la vacuna contra el COVID-19 para que fuera aplicada a los adultos mayores.
Este es un hecho histórico que alegra el corazón, ya que eleva la esperanza de vida de los ciudadanos más longevos y reduce la posibilidad de contagio para todos, en el bello municipio del dios “Ocelot”. Sin embargo, es una medicina que resulta de un sabor amargo, a pesar del gran beneficio que conlleva.
Desde el Gobierno Federal y en palabras del encargado de los programas federales en la región de Coatepec, Filiberto Martínez, los municipios que tuvieron la fortuna de recibir la vacuna, fueron los municipios más alejados y pobres del país, determinados por la secretaría de Salud Federal a través de criterios técnicos y demográficos, entre otros.
Al ser una estrategia especial federal, este programa de vacunación no contó con intermediarios ni gestores para la selección de los municipios beneficiados.
Tristemente, lo que debía ser un suceso de júbilo, también se convirtió en un mal ejemplo. Ante la relevancia del evento resultó extraño que en la cuenta de Facebook “H. Ayuntamiento de Teocelo” no hubo previa difusión ni llamamiento a asistir. Pero sí se hizo, tarde, a través de cuentas personales ligadas al DIF municipal.
Ya comenzada la jornada de vacunación, se comenta que personal del hospital, sin señalar directamente, junto con personal ajeno a los programas federales, e incluso, se dice, ex trabajadores del Ayuntamiento, “colaban” a familiares para que pasaran antes, incluso sin tener credencial de elector, pues lo podían justificar con un comprobante de domicilio y dos testigos, logrando así, que 8 personas que hicieron fila, fueran citadas al otro día, para utilizar un paquete completo y no desperdiciar dosis.
Esto derivó en que ya no se dejó participar en las jornadas a personal externo a “los servidores de la nación” ante el vergonzoso y lamentable intento de politizar la vacuna. También se hicieron presentes personajes con relevancia en la vida política del Estado, y otras de la región, que no radican en Teocelo, pero no desperdiciaron la oportunidad para recibir la ansiada vacuna. Se podría definir como oportunismo ciudadano.
No se puede pasar por alto, que la sede del campo deportivo “Raúl Olmos Martínez” no era la ideal, pero al momento fue la mejor. El “Salón” social, pudo haber sido más adecuada para este fin, sin embargo, no ha sido abierto pese al clamor ciudadano y con el silencio de la administración actual.
Y tocando el oportunismo y el “salón social”, también lo pareciera por parte del Regidor, anunciar que solicitó formalmente el informe de dicho inmueble al ORFIS, para conocer su estado real, 8 meses antes de terminar administración.
Acercándose las campañas, cada vez veremos más intentos de politizar o “vender” el trabajo que los funcionarios y servidores públicos deben realizar sin colores, sin distinciones y sin querer elevar su imagen, muchas veces falsa, para su aprovechamiento. Los ciudadanos deberán estar atentos para no caer en ello y rechazarlo.
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