lunes, 28 de septiembre de 2020

Desde Teocelo - Por: Angeheca


Pareciera una ironía que con tanta agua que ha caído por la lluvia, que ha dejado ver la cascada de Texolo con un caudal enorme de agua, Teocelo se vea afectado en el suministro de este vital líquido ya que, con la crecida de ríos, el agua viene turbia y la planta potabilizadora, no potabiliza.


El enojo y reclamo de la población por una obra que se hizo con el dinero del pueblo y que no lo beneficia como debiera, es comprensible. Sin embargo, los ciudadanos ya no quieren, o no se preocupan, por captar el agua de lluvia. En la región aún son comunes las “pilas de agua”, grandes contenedores de mampostería con el lavadero al lado, generalmente ubicadas en el patio, y desde antaño, se lavan trastes y ropa.


El almacenamiento de agua se facilita con la disposición actual de innumerables accesorios de plástico como cubetas o tambos, además, muchas casas ya cuentan con los bajantes de aguas o tubos que desembocan, erróneamente y para perjuicio de peatones al llover, a la calle.


Al igual que el desempeño de los diferentes Gobiernos, la observación, análisis y, en consecuencia, la acción sobre el tema del agua es un asunto de todos, con obligaciones y derechos.


Así como se exige, con justo derecho, agua limpia y continua, los ciudadanos deben dejar de ensuciar y contaminar los cuerpos de agua con las malas prácticas como el uso de detergentes que no son biodegradables. Hasta hace poco, nuestros padres o abuelos, realizaban su vida de manera normal sin jabones para todo: para trastes, ropa, para el cuerpo, depende sí se es niño, niña, hombre o mujer, manos, cabellos, pisos, mascotas, manchas, metales, vidrios, autos, etc.


En el mercado existen detergentes mexicanos biodegradables, como el “roma”, “blanca nieves” o “foca”, que sirven para cubrir diversas necesidades y de este modo se evita contaminar el suelo y agua, así como ahorrar dinero de la economía familiar.

También existen productores locales que transforman el aceite de cocina quemado, que contamina terriblemente el agua y la tierra, produciendo jabón ecológico de alta calidad. Lo más difícil de este proceso es que las familias junten el aceite y decidan donarlo para este propósito. 


Y en un tema tan importante hay que estar con un ojo al gato y otro al garabato. Con el anuncio del H. Ayuntamiento de Xico sobre la construcción de un corredor para facilitar el acceso a turistas a la cascada de “la monja”, es inevitable pensar que aquel “pueblo mágico” tiene un doble discurso y no actúa con responsabilidad.

Con esta obra, lo que logran es facilitar el acceso de turistas a una cascada contaminada por drenaje de la localidad de Rodríguez Clara, vertido al rio, a escasos 500 metros aproximadamente. Se facilita el acceso a un área contaminada y no se atiende una deuda que ese municipio tiene con la región, la naturaleza y el futuro: la reparación y el cuidado del medio ambiente.


En Teocelo, el tema es para reflexionar y cambiar: se construyó una planta “potabilizadora” que no funciona, las autoridades no vigilan el reciclado de sustancias peligrosas en comercios pues se puede observar charcos de aceite y otros líquidos en las calles, muchos ciudadanos continúan con malas prácticas de uso del agua, localidades de la región vierten drenaje a ríos y no se observa un programa o política para un tema que es urgente. Pareciera una contradicción que, al tener tanta agua y tantos manantiales, no se tenga agua de calidad de manera constante. 


Sin embargo, no es ninguna maldición y tampoco se solucionará con un milagro, este problema es consecuencia de malas prácticas, de un uso despiadado de productos químicos y la irresponsabilidad y falta de aplicación de las leyes y sanciones de quienes han estado en Palacio Municipal.

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