Los embarazos en niñas y adolescentes, los cuales han aumentado incontrolablemente en la zona, son consecuencia y causa de muchos problemas: en la salud de las futuras madres, al interior de sus familias y con alcance social desmedido, que no se logra contener con las campañas de prevención. Veracruz alcanza el primer lugar en embarazos en menores en el país y Coatepec el tercero a nivel estatal. (R.M.O.).
Así lo informó la Licenciada en enfermería, Rufina Martínez Ortiz, en esta segunda entrega de la entrevista, donde con profunda preocupación da a conocer las consecuencias que este evento trae a las menores y a su familia: “La adolescencia es el periodo de vida en el cuál el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de las niñez a la adultez”.
Toda su vida profesional al interior de hospitales, ha sido testigo del gran incremento de embarazos en menores de edad: “En un embarazo a corta edad, nos enfrentamos a un problema social inmenso. La adolescente y pre adolescente no mide consecuencias, su cuerpo ya está en momento de crear una nueva vida desde que llega su primera menstruación, pero este no está maduro aun, por lo tanto los riesgos obstétricos son muchos y peligrosos para la vida de estas niñas. Algunas de las complicaciones que se presentan por esta causa, pueden ser:
Falta de atención médica y el desconocimiento de un buen embarazo, además los medios económicos no existen a esta edad (desde los 12 años); Riesgo de preclamsia y eclampsia; Embarazos unidos a enfermedades sexuales; Embarazo con infecciones urinarias; Riesgo de fistula obstétrica, una lesión invisible y con efectos devastadores sobre la vida de estas niñas; Alta mortalidad de la madre; Riesgo de diabetes gestacional; Abortos clandestinos.
Este problema se debe atender, básicamente desde la familia, pues los padres deben cuidar y orientar a las niñas para evitar estos problemas; pero también desde la escuela, los gobiernos, sobre todo el sector salud y desde la sociedad. Hasta ahora los programas de prevención, no han dado los resultados esperados.
Además de los problemas de salud mencionados, traen otras situaciones de carácter social que se presentan cuando las adolescentes se convierten en madres, a veces por abuso y a veces por ignorancia, pueden ser: Abandono de estudios; Trauma por un aborto provocado o espontaneo; Problemas psicológicos; Riesgo de caer en trata de blancas; Mayoría de número de hijos o no poder mantener una relación estable.
Cuando tratamos de concientizarlas, las niñas comentan que sus progenitoras también se embarazaron a corta edad. Esto nos muestra que están siguiendo un patrón de vida, y los peligros no los miden por el mismo patrón que siguen.
Rufi concluye: Esto obedece a que no tenemos una educación de igualdad de género. Además, no existe una cultura para hablar clara y francamente sobre sexualidad. Y la pregunta final y más importante es ¿Dónde están los padres y los valores?...
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