Dialéctica.-
Dialéctica es un término que procede del verbo griego "dialeghestai" que se refiere originalmente al arte del diálogo y de la discusión razonada ("dialectiké techné") y que adquirirá distintos significados a lo largo de la historia del pensamiento.
Para Aristóteles la dialéctica se identificaría con la parte de la lógica que se ocupa del estudio del razonamiento probable, pero no de la demostración, por lo que el término se asociaría a la habilidad para argumentar, confundiéndose a menudo con la retórica, que es el conjunto de reglas que se refieren al arte de hablar o escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar, conmover o persuadir.
Al final terminó por adquirir un significado negativo que se puede observar en la filosofía de Kant, quien considera la dialéctica como “una mera lógica de apariencia”. Pero no para todos los filósofos tuvo el mismo significado, como toda corriente filosófica tiene muchas formas de ser interpretada y aplicada.
Friedrich Hegel, filósofo alemán idealista, considera a la dialéctica como el núcleo mismo de la filosofía, siendo vista como un método de conocimiento y como la expresión de convertir la realidad: “se manifiesta como la unión de elementos opuestos en una síntesis que lleva a la comprensión de la realidad como Absoluto”.
Hegel pensaba que la evolución de la idea se produce a través de un proceso dialéctico, es decir, hablar un concepto que se enfrenta a su opuesto y como resultado de este conflicto, se alza un tercero: la síntesis. La síntesis se encuentra más cargada de verdad que las dos anteriores opiniones opuestas.
Platón veía a la dialéctica en dos formas, una como método de ascenso, que permite tener muchos argumentos a una realidad por medio del diálogo, y la segunda forma, para él, era un método de deducción de las formas, porque le permitía comparar las ideas entre sí y no confundirlas.
Si bien la dialéctica se concreta en el arte del diálogo y de la discusión razonada, existen dos ideas contrarias que son absorbidas por algo nuevo que al mismo tiempo que los conserva, los supera. Todo esto causa una evolución y un desarrollo en ambas ideas. Parménides, filósofo griego (540-470 A.C.) usó la dialéctica de alguna manera para probar y concretar que “lo que es, es” y “lo que no es, no es”.
La lógica dialéctica busca anular la contradicción pero conservando los contrarios para generar algo nuevo y mejor, algo superior, un ejemplo más simple es un castillo de naipes. En cada uno de los pares una carta empuja a la otra en sentido contrario, pero si las fuerzas son iguales se compensan y el castillo se sostiene, si una carta tuviera más fuerza que otra la derribaría, pero también esa misma carta caería junto con las demás, los contrarios están pero la contradicción esta anulada y esto permite construir algo mejor sobre ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario