lunes, 1 de febrero de 2021

Nutrición Espress Por: Mirna Luna



La leche como alimento primordial.-


Cuando escuchamos la palabra leche se nos pueden venir a la mente miles de ideas, como huesos fuertes, buen desarrollo y crecimiento, o tal vez otras como intolerancia, alto contenido de grasa y carbohidratos. Como bien sabemos la leche es el primer alimento en la vida del ser humano y como mamíferos, nuestro cuerpo nace programado para recibir esta fuente de energía proveniente, en un principio, de nuestra madre. Aunque existen algunas excepciones. 


La leche es un alimento muy completo, rico en proteínas de alto valor biológico, minerales como el calcio, magnesio, fósforo, zinc y vitaminas como A, D y las del complejo B. En ocasiones hemos escuchado decir que si no tomas leche no estarás bien nutrido. Si bien, como lo menciono anteriormente, es un alimento muy completo, no es la única manera de obtener dichos nutrientes, o también que si la tomas engordarás debido a que contiene mucha grasa. Pero no es así.


Entonces, ¿Qué pasa con nosotros? Bien, los seres humanos desde que nacemos contamos con unas enzimas (moléculas de nuestro organismo destinadas a acelerar los procesos químicos) en nuestro aparato digestivo llamadas: lactasas, que son las encargadas de procesar los carbohidratos en forma de lactosa presentes en la leche. Cuando somos niños nuestro cuerpo tiene una producción muy alta de lactasas, ya que nuestro consumo de leche es muy elevado, al ser la fuente principal de donde tenemos que obtener nutrientes para desarrollarnos. A medida que vamos creciendo y comenzamos a comer una gran variedad de alimentos, nuestro cuerpo automáticamente va cesando la producción de lactasas ya que no las necesita porque el consumo de leche no es igual que al principio. A partir de eso vamos a poder digerir la cantidad de leche de acuerdo a la cantidad de lactasas disponibles en nuestro organismo. Ello genera la muy famosa “intolerancia a lactosa” y es un hecho que la mayoría de la población nos volvamos intolerantes. 


¡Pero no hay de que preocuparse! El hecho de ya no digerir de igual manera la leche o no consumirla no significa que no podrás estar bien nutrido, hay otros alimentos en los que podemos encontrar calcio, magnesio y zinc como son las espinacas, lentejas, avellanas, almendras, etc., y las vitaminas A, D y del complejo B están presentes en el melón, plátano, atún, pescado, pollo, huevo, aguacate, entre muchos otros. 


¿Y los que no somos intolerantes? Pues qué maravilla, la porción sugerida en adultos es una taza de leche al día y se recomienda que sean lácteos descremados. Aunque hay personas que no tienen problemas al consumir una cantidad mayor, y no es malo. Ningún alimento engorda, todo es cuestión de balance.


Lo importante es no dejarse guiar por lo que digan los demás, debemos informarnos y entender que cada organismo es diferente y hay que aprender a escucharlo. 






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