Pasiones y Pensamientos
A pocos meses de las elecciones de este año, ya se están dando a conocer a los precandidatos a diversos cargos de elección popular. Toda persona tiene derecho a participar en las elecciones, pero lo que sorprende es ver que cuando estas noticias llegan a las redes sociales, las reacciones en la mayoría de los comentarios son despectivos, agresivos e incluso fuera de lugar.
La pregunta obligada sería ¿Por qué nos apasionamos con la política? Estudios de la universidad de Harvard señalan que desde tiempos primitivos nuestro cerebro desarrolló un sistema de alianzas que nos permitía formar alianzas con algunos seres humanos y con otros no. Cuando encontramos a alguien que desafía esas bases, lo vemos como un enemigo y sentimos la necesidad de defender esos “principios”.
La pasión en los temas políticos es algo que traemos intrínsecamente como seres humanos, tenemos la necesidad de ser representados por alguien, pero también los mismos estudios han demostrado que esto se puede superar, y todos debemos aprender a superarlo. Como miembro de la juventud conmino a mis contemporáneos a superar esa pasión absurda.
No miremos partidos, colores o slogans políticos, miremos a las personas, ¿Quiénes son? ¿Cuál es su trabajo? ¿Qué han hecho por la sociedad? Y no nos dejemos llevar por los chismes ni los comentarios despectivos en redes, esos provienen de perfiles que solo están activos en tiempos electorales.
Miremos las acciones por las que nos interesa el servidor público y su trabajo, no su vida privada. Después, analizar y cuestionar su desempeño una vez que ocupe su cargo, exigir que cumpla sus compromisos y promesas de campaña.
Como jóvenes, nuestro voto es unos de los mayores poderes ciudadanos. Analiza los candidatos, ¿necesitamos cantantes, actores o influencers como políticos? ¿Están preparados para cargos públicos?
Los jóvenes seremos un sector determinante en las próximas elecciones. Demostremos inteligencia y que nos interesa la sociedad.
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