Que el recuerdo de hombres de otros días, nos comprometa para ser mejores.
-Carlos Pellicer
En los diversos foros locales, nacionales e internacionales donde amablemente me abren un espacio para alzar la voz, no reparo en decir, con mucho orgullo, que soy de Coatepec. Esa distinción me genera una responsabilidad por diversas circunstancias, que van desde ser un portavoz de mis ideales, hasta ser un conocedor nato del municipio, de sus problemáticas y áreas de oportunidad.
Estoy convencido, mis estudios y mis pasos por sus calles me lo hacen saber, de que Coatepec es un baluarte nacional sellado por su distinción como Pueblo Mágico, incrustado en una maravillosa región, que a propios y extraños nos sigue asombrando. Por eso, debe convertirse en un referente para el desarrollo de la región y en un lugar donde la gente se sienta feliz y optimista ante el futuro.
Sin embargo, no podemos hacer que nuestro destino dependa del café y el turismo, debemos, juntos, dar el gran salto que ayude al crecimiento y al bienestar de todas y todos los habitantes del municipio. Por ello, es imprescindible que tracemos la ruta de un Coatepec moderno que se construya sobre nuestras identidades y tradiciones, sobre nuestros deseos y necesidades, sobre la visión del joven y la experiencia del adulto. Sobre las oportunidades de la modernidad y la fuerza del pasado.
Para muchos pudiera parecer cansado visualizar mejores escenarios, pero, en mi caso, estoy convencido que los coatepecanos merecemos una mejor ciudad, una más bonita, más alegre, más tranquila y pacífica, con más oportunidades para todos, con mejores servicios, con más transparencia, con seguridad y empleo. Aun cuando las condiciones son difíciles, en Coatepec no dejamos de trabajar, no dejamos de ver por nuestra gente. Por eso merecemos una mejor ciudad.
Para ello se requiere de mucha voluntad y talento, de perseverancia y visión, de esfuerzo y dedicación. Cosa que en Coatepec nos sobra. Con esos instrumentos, emprenderemos tareas que no hemos hecho antes, que no se hacen ahora pero que tenemos que poner en marcha a la brevedad.
Los cuerpos administrativos en los 3 órdenes de gobierno han dejado de escuchar a la gente, al comerciante, al hotelero, al campesino, al maestro, al ama de casa, al que siembra café y a nuestros adultos mayores que tanto nos siguen enseñando.
Un gobierno no puede operar sin el respaldo y sin el acompañamiento de la gente.
Como coatepecano considero que tenemos el deber de hacer una doble conexión: fortalecer nuestra zona metropolitana, darle identidad y conectarla a los motores regionales generadores de riqueza.
Para que Coatepec sea un eje metropolitano de gestión autosustentable del desarrollo, que tenga servicios de calidad (agua, movilidad, educación, seguridad). Para que al lado del turismo tengamos mayor bienestar para nuestras familias.
Estoy seguro de que, unidos y organizados, con el talento de todos, se pueden realizar las políticas públicas necesarias para este hermoso terruño; concretas en su implementación y factibles política y económicamente.
Por eso debemos poner en la agenda pública de Coatepec lo que nos preocupa para darle solución de la mano de un conductor bien preparado y que ame su tierra, ya que solo desde el compromiso concreto en la acción constructiva, se descubre la urgente necesidad de visualizar y construir un modelo de sociedad realmente justa y solidaria.
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