lunes, 24 de agosto de 2020

MI OPINIÓN Por Lic. Benjamín Sánchez Flores

 


Jóvenes con educación, 

oportunidades y experiencia

 

Hace unos días conmemoramos el Día Internacional de la Juventud y con él, se publicaron muchos y muy variados mensajes, todos ellos de aliento y resaltando la importancia que tienen nuestros jóvenes; logramos leer mensajes como… “son el presente y futuro”; “son la gran fuerza que necesitamos”; “representan nuestra riqueza”; “simbolizan nuestro pasado para alcanzar un mejor futuro”; entre otras.

 

Sin embargo, ¿hemos hecho lo necesario para brindarles a nuestros jóvenes las herramientas y los medios necesarios e indispensables para superar los retos que se les presentan?. Esta es una pregunta fundamental que debemos hacernos para comprender, y hasta cierto punto, justificar el tipo de jóvenes que tenemos.

 

Los tiempos han cambiado y son distintos a los que vivieron nuestros padres, nosotros mismos y los que les ha tocado vivir a la juventud de hoy; la evolución y transformación de la tecnología nos ha llevado a vivir actualmente una era digital, a la cual nuestros jóvenes se encuentran más preparados; no obstante esta preparación es práctica, más no educativa, es decir, se han adaptado a esta era digital por su fácil acceso, no tanto por haber recibido una instrucción.

 

Considero indispensable y fundamental que a nuestros jóvenes se les brinden dos aspectos decisivos que les permitan alcanzar un bien mayor: por un lado, una educación de calidad, y por otro, el acceso a oportunidades de verdad. La combinación de ambos elementos, les permitirá obtener la experiencia que tanto requieren para desenvolverse eficientemente en todos los aspectos que deseen.

 

Podemos establecer una sencilla fórmula para que los jóvenes sean triunfadores: educación + oportunidades = experiencia = éxito. Para que esta fórmula brinde los resultados esperados, es necesario tomar en cuenta qué tipo de jóvenes queremos formar, pero ante todo, qué tipo de seres humanos vamos a preparar para el futuro, donde ellos deberán tomar las mejores decisiones para una vida mejor.

 

Debemos dejar atrás y alejarnos de mujeres y hombres improvisados, la historia reciente nos ha dejado ejemplos muy claros, donde jóvenes con múltiples estudios, pero sin experiencia (generación de la fidelidad), nos llevaron a una de las peores crisis, al grado de dejar casi colapsado a un Estado muy rico por naturaleza.

 

Nunca se es demasiado joven o adulto para enfrentar un cargo o una responsabilidad; sin embargo, debemos analizar bien el grado de experiencia que todos debemos asumir para desempeñarnos eficientemente.

 

Por ello, ofrecer oportunidades reales a los jóvenes, es permitirles adquirir los conocimientos que en las aulas no adquirirán; por lo que requieren en todo momento esa práctica que los lleve a adquirir la experiencia que necesitan y desde luego merecen. Un joven con educación y con experiencia, adquiere un valor incalculable, se convierte en un bien insustituible y eminentemente valioso para cualquier empresa o institución pública.

 

Sin embargo, también es importante mencionar que los jóvenes deben asumir ese reto con un verdadero compromiso personal, con actitud y disposición de alcanzar las metas que se han planteado y lograr los retos que se han propuesto. Requerimos mujeres y hombres con valores sólidos y con verdaderas ganas de superarse.

 

Hoy más que nunca requerimos jóvenes cien por ciento preparados y listos para enfrentar los retos que se les presenten; brindémosles la educación de calidad que merecen y ofrezcámosles las oportunidades que requieren para desarrollarse, solo así adquirirán la experiencia que demandan y merecen para convertirse en mujeres y hombres de bien. Coatepec, Veracruz y México lo van agradecer.

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