La participación ciudadana en Teocelo rebasó toda expectativa al evitar que se realizaran las festividades patronales de agosto, situación que es digna de resaltarse debido a que el fanatismo religioso ha llevado a celebraciones multitudinarias en otros puntos del país.
Ni la iglesia católica, en ninguno de sus niveles, ni las autoridades municipales y estatales decretaron públicamente la cancelación de la fiesta, pero finalmente no se realizó, con la salvedad de la quema de pirotecnia en el Palacio Municipal que sí congregó personas para verlos; y la misas celebradas en las capillas que, pese a los intentos por mostrar que se guardaba la sana distancia, pusieron en riesgo a quienes asistieron porque había ciudadanos que no usaban el cubrebocas como por ejemplo, el propio padre al celebrar la misa. Y no se señala el hecho de mostrar la fe, cualquiera que sea, sino la necedad de juntar personas de distintos núcleos familiares sin que haya un motivo justificado.
Pero el punto medular es que Teocelo es capaz de razonar y actuar, en general, de manera responsable ante el reto que se vive modificando sus tradiciones para salvaguardar la vida de todos. Histórico y plausible para este bello municipio.
Pasada la fiesta, los temas de atención de la ciudadanía serán el COVID-19 y el proceso electoral que se avecina. En el tema de la pandemia pareciera que se ve la luz al final de túnel con la salida de vacunas a nivel mundial; pero cómo terminar esta situación, seguirá dependiendo de los ciudadanos. Aún hay ciudadanos y comercios irresponsables que no toman las medidas mínimas de prevención y sentido común, y sin autoridad que vele por el bien de todos, queda extremar medidas por uno mismo.
Con respecto al proceso electoral las fuerzas políticas municipales, que no se les ha visto trabajar con algún proyecto por el pueblo los últimos, casi, tres años ni como oposición, ya empiezan a buscar personas para que lo representen en la siguiente elección municipal.
La ciudadanía sensata tiene claro que en la administración pública de Teocelo hacen falta personas con honestidad más que preparación, personas que tengan miedo de no cumplirle a la ciudadanía, personas que hagan obras y velen porque funcionen para la población, no como la “planta de tratamiento de agua” que a veces hace su labor. Faltan personas que tenga miedo de tocar lo que no es suyo, a quienes les de vergüenza utilizar los recursos públicos para promoción de su imagen, que sí les importe lo que es el nepotismo. Personas que tengan una visión de cuidado de medio ambiente y el cuidado de los jóvenes y niños; que no endeuden a Teocelo. Personas que publiquen el Plan Municipal de desarrollo desde el inicio de la administración como lo marca la ley. Personas que no quieran llegar a resolver su situación económica al Palacio Municipal.
Teocelo tienen gente joven que ve mal la política de la “vieja escuela”, jóvenes que trabajan por Teocelo sin promocionarse, personas con estudios profesionales, con una visión del mundo ejemplar porque comprenden que el entorno es para todos y los recursos son limitados.
No se deja de lado a la gente adulta o mayor. Pero si Teocelo sigue eligiendo a las mismas personas, tendrá los mismos resultados. El destino de la colectividad está en la individualidad.
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